Este anfiteatro fue construido en el año 80 d.c. en honor a la Dinastía Flavia y hasta el día de hoy, sigue siendo el monumento más emblemático de la capital italiana.
El Coliseo fue construido por tres razones: como un regalo para los ciudadanos romanos y aumentar la popularidad de la Dinastía, para organizar distintas formas de entretenimiento (y ya veremos que lo logró) y por último, para mostrar las poderosas técnicas de la ingeniería romana: presentes también a lo largo de toda la ciudad.
Como todo edificio emblemático, esconde sus secretos no tan conocidos ni siquiera por los turistas más curiosos: este símbolo de la ciudad también es símbolo contra la pena de muerte. La misma se ha abolido en Italia en el año 1948 y desde el 2000, el monumento se ilumina por 48 horas cada vez que algún país toma la misma acción.
Y si de turistas curiosos hablamos, cómo no ver el Coliseo de noche: iluminado, imponente, demostrando su majestuosidad en toda la ciudad. Hazte un tiempo de tu noche italiana por Trastevere o por las callecitas de Roma y date una vuelta por el anfiteatro. Es una postal digna de ver tanto de día como de noche!